6 de octubre de 2008

Doppelganger, la muerte del Alter Ego.

Se sienten replicas del interior
subsaliendo de los costados
externos de los abismos
más profundos del alma,
¿será una señál?,
¿será una reacción?,
no se sabe, lo que si se sabe
es que aquel peso ha desaparecido
sin dejar ningun rastro,
como hacer arder roma
solo que en este caso
no se deja rastro de torpeza,
no se deja rastro de tristeza.

Aquel pesar eterno
que mantenia atado
a un supremo miedo
a la vida contrastada de gris,
aquel pesar eterno
que mantenia suspendido
al rojo vivir,
se ha ido para no volver,
es como el comienzo de una nueva era,
como el desplomar de una trinchera
de una tierra tan fina
que ni con la union de moleculas
podría volver a unirse.

Un antiguo miasma desaparecido,
un alma liberada de un corazón partido
reparado con dedicación, ternura y amor,
una vida llena de esperanza,
de dicha y firme en su caminar,
viviendo a cada minuto la nueva oportunidad,
sintiendo el calor de un vivo corazón,
manteniendo la fe en un placentero nido de amor.

El fin, al fin, por fin

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